Riosuceñidad, un sentimiento de orgullo
El Bicentenario de Riosucio no ha sido solo una excusa para celebrar un año lleno de magia cultura y tradición, sino que ha sido también un motivo para fortalecer nuestra identidad como Riosuceños, para destacar cada una de las manifestaciones artísticas y como ha sido el llamado de #NuestroAlcalde Bernardo Arley Hernández Ayala, para unirnos de nuevo y dejar de lado las diferencias, y hoy más que nunca, reconocernos en la diversidad, étnica, cultural y social encaminados al bienestar de un solo pueblo.
Un desfile gestado desde la Mesa Central Bicentenario era la apertura de un mes dedicado a ser nosotros mismos, a investigarnos y mirarnos con los ojos del detalle, sus estampas llenaron el cielo de colores y los docentes lucieron su mejor traje, fruto por supuesto de la mirada crítica y consciente sobre nuestro pasado, un encuentro con 200 años de cultura, religión, fiestas tradicionales, etnoeducación, territorio, medio ambiente, política, historia y gastronomía, un desfile en el que cada uno de los participantes le puso un grano de arena a un trabajo de meses, con un resultado mágico, un paso por cada rincón del territorio y de una muestra de cómo hemos logrado ser el municipio cultural de Caldas.
200 voces y más engalanaron nuestras noches, una muestra del futuro que
se avecina con la escuela de música llenó las plazas de Riosucio, acompañados
de tambores, cuerdas y flautas de nuestras escuelas artísticas, un esfuerzo de
años que nos llena de satisfacción al ver familias enteras alrededor de nuestra
música tradicional propia, una oportunidad además para agradecer a quienes por
años han sido los bastiones de las tonadas de nuestros desfiles, un homenaje a
los Mafla dio inicio a una revista de artistas encabezado por el Maestro
Ricardo Díaz, que como ellos, han decidido llevar consigo un instrumento como
arma de paz, un homenaje que no se ha quedado solo en el recuerdo de los
asistentes sino que ha logrado irse a casa en forma del Turpial V, un recuento
de sonidos que incluye el Himno del Bicentenario, y una mágica selección de
canciones nuestras, tan nuestras como las notas que corren por las venas todo
riosuceño
Vivimos un XXXV Encuentro de la Palabra acorde con la celebración de los 200 años de Riosucio, un encuentro real con las disciplinas, gestores y portadores de letras, un encuentro con la música, el teatro, la pintura, la escritura e incluso la tecnología y el cine, un llamado desde el arte a conservar ese legado de César Valencia Trejos, creador del encuentro y pensador de las letras, un legado que ha logrado permear a las nuevas generaciones de nuestro pueblo cada vez más identificadas con el quehacer cultural, y uno de los valores fundamentales de este evento que no pretende morir gracias a sus semilleros y sus juntas directivas cada vez más comprometidas con dejar en alto uno de los eventos emblemáticos de nuestro pueblo.
Agosto nos lleva más allá, la Riosuceñidad es un sentimiento
inexplicable, y en armonía logramos encontrarnos con el ser, agradecer no solo
a nuestras creencias sino a nuestra tierra, hemos logrado ponernos en sintonía
con la diversidad y el respeto, una misa abrió el camino para bendecir nuestro
cumpleaños número 200, un concierto a la vida y la reconciliación nos invitó a
que caminemos en pro de la paz y la convivencia, invitados de talla
internacional que alzaron sus voces al cielo por nuestro bicentenario dieron
paso a, mas que una celebración, una obligación con nuestra madre tierra, una
acción de gracias conectada con nuestra ancestralidad y nuestras raíces
indígenas llenó de música, luz y energía la plaza de la candelaria y nos
permitió armonizarnos con el planeta
Para rematar un mes lleno de color la Administración Municipal ha querido rendir honores a nuestra polifacética música colombiana, uno más, porque indiscutiblemente lo hemos hecho con cada uno de los grupos locales que nos han acompañado, cuatro grandes exponentes de nuestra música hicieron gozar, a pesar de la lluvia, a cada uno de los asistentes al concierto Bicentenario, voces para todos los gustos, el Dueto Nocturnal ganadores del premio Mono Núñez con su hermosa representación de ópera con un toque colombiano hicieron del inicio del concierto un buen presagio, Maria Isabel Saavedra llena la plaza de color e inyecta al público la energía que se necesitaba para recibir a Totó la Momposina, y ésta, con sus tambores, gaitas y bailarines deja el plato servido para que la multitud, coree, salte, cante y atienda a Herencia de Timbiquí con la calidez que caracteriza a un riosuceño enfiestado y con el amor que somos capaces de ofrecer a cualquiera de nuestros visitantes.
La riosuceñidad es un sentimiento de orgullo, y ser riosuceño una
responsabilidad, una herencia cultural que recibimos de nuestro pasado y un
legado que debemos dejar a las nuevas generaciones, la cultura es nuestro punto
de encuentro, Riosucio es “Cultura que da Vida